crónica de mi primer huelva romántica

Jamás hubiera imaginado que iba a pasarlo requetebién con la gente tan fabulosa de este evento.

Lo primero es dar las gracias a Estrella, Elisabeth, Nani y por supuesto el resto las chicas, el hermano de Eli, que han ayudado con los sorteos, diplomas, las graciosas muñequitas, los atriles para los libros...

Mis tres mosqueteras onubenses han creado un evento en el que he sentido esa luz y calor famoso de Huelva, a pesar de la lluvia y el frío, porque las tres me han acogido con tanto cariño y afecto, que me he sentido super querida y especial.

De Nani, me traigo esos abrazos de madre que te llegan al alma.

De Estrella, su pedazo de corazón y ese brillo en los ojos que me ha hecho emocionarme junto a ella.

De Eli, su paciencia, sus mensajes de chat tan simpáticos y su nuevo libro que pienso devorar.

Solo puedo deciros chicas, que este fin de semana he dejado un pedacito de mi corazón en esa tierra vuestra bendecida por la Virgen del Rocío.

Y desde luego pienso volver el próximo año.

Además he podido conocer por fin en persona a compis de letras, y blogueras, con los que solo hablo frente a una pantalla desde hace años y a los que me ha encantado poder achuchar y abrazar sin límite.

Me traigo dos amigas para toda la vida como son María y Loli, con las que he congeniado como si lleváramos años de amistad y a las que he cogido un montón de cariño en apenas un día. Gracias guerreras, por ser tan increíbles.

A mi Mabel Diaz, que es maravillosa y super simpática, con ese abrazo apretado que nos hemos dado.¡Arriba las chicas Kiwi!

A mi querida Dama Beltrán, que hacía cinco largos años que no nos veíamos y fue la primera que me encontré al llegar al hotel y nos lanzamos a gritar de alegría. Prometo no volver a esperar tanto tiempo para el siguiente abrazo, preciosa. 

A Leo Mazola, Anabel, Ariel, Ana, con quien compartí una comida un poco especial, muchas risas y anécdotas geniales.

De las que no recuerdo vuestros nombres, perdonadme por favor.

Mil gracias a todas las lectoras que traían sus libros para firmar, hacernos fotos y reirnos con las locuras que se nos ocurrían.

Gracias por hacer de este fin de semana algo maravilloso e inolvidable.

Me traigo un chute de energía positiva y amor del bueno entre compañeras, que me dará fuerzas para seguir creando nuevas novelas que os enamoren.

Os llevo a todas en mi corazón.